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A los compañeros estudiantes, a nuestros docentes, no docentes, amigos, familiares y a toda la sociedad, queremos transmitir a través de esta carta el profundo dolor que nos causó la trágica pérdida de cuatro compañeros el pasado sábado 28 por la mañana. Queremos, agradecer la colaboración de quienes se acercaron para apoyarnos y acompañarnos en nuestro dolor, tanto no docentes, graduados, docentes y autoridades; a nuestros compañeros estudiantes, a las agrupaciones que nos saludaron, a nuestras familias por el apoyo, la contención y comprensión. A todos los miembros de esta ciudad, quienes desde su lugar nos ayudaron y ayudan a levantar cabeza, secar nuestras lágrimas y seguir adelante en este difícil momento.
No queremos dejar pasar la oportunidad de saludar y acompañar a los familiares de nuestros compañeros, brindarles públicamente nuestro apoyo, contención y solidaridad, que estaremos allí cuando nos necesiten y que nunca olvidaremos a sus hijos.
Llenos de dolor, queremos recordarlos como ellos hubiesen querido, con la alegría que transmitía sus sonrisas, con la esperanza que contagiaban sus palabras, con el ejemplo de sus actos, asumiendo el compromiso que ellos tenían en sus vidas. Esta tragedia, que enluta a todos, es de grandes personas, de excelentes estudiantes, de inmortales compañeros, de agradables amigos. Es la pérdida de personas que siempre estuvieron para ofrecer una mano a quien la necesitó, que siempre estuvieron ahí para todos nosotros como compañeros de estudio, como militantes barriales, como dirigentes estudiantiles, compañeros en la lucha del sueño de una sociedad más justa, como amigos, hermanos o hijos.
Desde aquí los recordamos como lo que fueron, grandes personas que dieron todo y supieron poner siempre lo colectivo antes que lo personal.
Inmortales compañeros, Juan, Paula, Rubén y Gonzalo, nuestro más profundo agradecimiento. Su tarea será concluida como quien entrega una posta, un legado ineludible. Nunca los olvidaremos.
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